04 mayo 2020

Mantén el equilibrio de tus emociones durante el confinamiento

emociones

Las emociones  tienen la finalidad de ayudarnos a entender lo que sucede alrededor y nos incentiva a actuar.  Por ello, es importante entenderlas y manifestarlas de manera saludable para nosotros y nuestro entorno.

La coyuntura que se viene desarrollando en el mundo tras la aparición del COVID-19 tiene determinadas características que la convierten en una situación estresante a nivel psicológico. La falta de precedentes, un escenario incierto a muchos niveles, amenazas reales (salud, trabajo, estudio, etc) y subjetivas (¿cómo lo afrontamos?, consecuencias del confinamiento y aislamiento social) convierte nuestra realidad en un foco generador de una diversidad de emociones que pueden ser  difíciles de manejar, como:

ENFADO: Normalmente surge cuando sentimos daño, puede que alguna situación pasada o actual te esté trayendo sensaciones negativas.

ANSIEDAD: Aparece cuando percibimos amenazas en el entorno o nosotros mismos. En esta situación hay varias amenazas y la ansiedad nos ayuda a estar en alerta.

IMPOTENCIA: Puede que sientas frustración al no poder resolver las situaciones complicadas que se vienen desarrollando.

SOLEDAD: Quizá  necesitemos más vínculos o apoyo debido a las medidas de distanciamiento social.

ENVIDIA: Es posible que mi situación de confinamiento no fuera la deseada por mí y anhele la de otras personas que, a mi parecer, tienen mejores condiciones en casa.

CULPA: Surge porque no siempre vamos a poder actuar como lo haríamos en otras circunstancias, o como nos gustaría.

TRISTEZA: Aparece ante las pérdidas, y en esta situación las hay (aunque sean parciales y/o temporales).

emociones

Por ello, el Servicio de Psicología del área de Assessment te brinda estrategias que sean de beneficio para ti y tu familia durante el periodo de aislamiento social.

Si detectas que estás sintiendo algunas de las emociones mencionadas, toma en cuenta lo siguiente:

-Identifica y pon nombre a lo que sientes (ansiedad, miedo, rabia, tristeza, alegría, esperanza…)

-Las emociones son señales, no conclusiones, de lo que está ocurriendo. Por ejemplo, puedo sentir soledad, pero no ser real; o sentirme culpable pero no haber hecho nada malo. Relaciona lo que sientes con la situación y lo que piensas sobre ella para poder entenderlo, discutirlo y colocarlo.

-Busca alguna manera de actuar ante esa emoción, sea para solucionar lo que la produce, como también para aliviar la emoción si no puedes cambiar la situación.

Desahógate con los demás para ayudarte a poner nombre a lo que sientes, normalizarlo y validarlo:

-Seguramente haya muchas emociones y pensamientos compartidos por tu entorno, comunicar abiertamente esto contribuye a incrementar el sentimiento de pertenencia.

-De este modo te darás cuenta de que no estás solo y que puedes conversar de tus preocupaciones con tu entorno más cercano.

Tómate un momento del día para preocuparte y expresar todos tus miedos e inseguridades:

-No podemos pretender no preocuparnos en ningún momento, pero se trata de conseguir que no nos bloquee. Dedica por lo menos 15 minutos a esto todos los días y el resto del tiempo, es importante que intentes distraerte y posponer tus preocupaciones a ese momento.

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Es importante recalcar que nos enfrentamos a una situación compleja y única, y las emociones pueden estar más revolucionadas de lo normal.  Por ello, recordemos que cualquier emoción es legítima y tenemos derecho a sentirnos como queramos. Sólo no olvides practicar la empatía contigo mismo y con los demás, pues será la mejor herramienta para conseguir el equilibrio.

El equipo de especialistas del Servicio de Psicología  se mantiene trabajando por el bienestar de nuestra comunidad universitaria. Para cualquier consulta o requerimiento, escribe a serviciopsicologia@usil.edu.pe

 

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